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Consultoría Inteligencia Artificial IA

Potencia tu negocio con la IA: productividad, estrategia y decisiones más inteligentes

Todos, todo el tiempo, hablamos y usamos cada vez más la inteligencia artificial en el trabajo. Da igual a qué nos dediquemos o para qué la utilicemos: la IA está cada vez más presente en nuestras vidas y jornadas laborales.
Eso sí —bajo mi humilde opinión, y después de pasar gran parte del día estudiándola— aún estamos muy lejos, en términos generales, de sacarle el máximo provecho o, al menos, de usar la IA correctamente para que nos ayude mucho más de lo que ya lo hace.

No se trata de instalar herramientas por moda, sino de entender qué procesos pueden mejorarse, qué tareas pueden automatizarse y cómo aplicar la IA sin perder el control humano.

En las empresas sucede lo mismo: mientras todos usan la IA como creen o pueden, se está perdiendo una gran oportunidad para aprovechar su rendimiento en cada área y rol de la compañía.
Por eso, una consultoría de IA es una muy buena idea: sirve precisamente para analizar tu negocio con una mirada estratégica y ayudarte a incorporar la tecnología de forma práctica y sin complicaciones.
Es una forma de ganar tiempo, optimizar recursos y tomar decisiones más informadas, aunque no tengas un departamento técnico ni un gran presupuesto.

Desde que la inteligencia artificial apareció, he ido modulando mi relación con ella: primero fue el miedo, y ahora es el amor —pero con libertades.
Tenemos, o eso pretendo, una relación sana, consciente y libre.

Desde Maryenk, trabajo con autónomos y pequeñas empresas que quieren aprovechar la IA de manera realista, sin tecnicismos innecesarios.
Mi objetivo es ayudarte a descubrir qué herramientas de IA pueden mejorar tu trabajo y cómo aplicarlas para exprimir su potencial al máximo.

En este artículo te cuento qué es y qué incluye una consultoría de IA, a quién puede ayudar y cómo puede transformar tu forma de trabajar.

H2. Qué es una consultoría de IA (y qué no)

Antes de hablar de herramientas o automatizaciones, hay que entender de qué hablamos exactamente cuando decimos “consultoría de IA”. Porque no todo lo que se etiqueta como inteligencia artificial lo es realmente, y tampoco todo lo que se presenta como “consultoría” tiene un enfoque estratégico. Una consultoría de IA no es un taller, ni una sesión técnica, ni una formación puntual: es un proceso de análisis profundo sobre cómo la tecnología puede ayudarte a trabajar mejor, con más enfoque y menos fricción.

Una consultoría de inteligencia artificial no consiste en programar, ni en desarrollar algoritmos, ni en implementar herramientas de forma técnica. Tampoco es una sesión para hablar de futuro o hacer un brainstorming de ideas imposibles. Es, ante todo, un análisis estratégico del negocio: entender cómo trabajas, qué procesos te consumen más tiempo y dónde puede ayudarte la tecnología a mejorar el rendimiento.

Durante una consultoría de IA se evalúan aspectos como los procesos internos, las automatizaciones posibles, el nivel de digitalización, las herramientas que ya usas, la gestión de datos y hasta la forma en la que tú o tu equipo empleáis el tiempo.
A partir de ahí se diseña una hoja de ruta práctica que prioriza lo que más impacto puede tener a corto y medio plazo. No todo requiere una gran inversión, pero sí una buena estrategia.

El resultado es tangible: eficiencia, ahorro y claridad.
Una consultoría bien planteada te permite tomar decisiones más informadas y personalizadas, basadas en datos y en tu propia realidad. Porque aplicar IA no es usar ChatGPT para todo con copiar – pegar, sino usar las herramientas correctas, en el momento adecuado, para el propósito ideal.

Por ejemplo, un pequeño estudio de arquitectura puede automatizar presupuestos y liberar horas de gestión. Una marca de alimentación puede usar IA para generar contenido, medir tendencias o anticipar demanda. Y un despacho profesional puede aplicar IA para clasificar información o redactar informes en segundos.
Todo depende de la mirada con la que se analice el negocio: la tecnología es la herramienta, no el fin.

Cómo puede ayudar la IA a un autónomo o una pyme

Hablar de inteligencia artificial en empresas no significa lo mismo para todos. No es igual aplicar IA en una gran corporación que en una pequeña empresa, ni mucho menos en un negocio unipersonal. Por eso, la utilidad real de una consultoría está en aterrizar la IA a la escala y necesidades de cada caso, adaptando la estrategia a los recursos disponibles, al tipo de cliente y al nivel de digitalización.
La clave no está en la herramienta, sino en la personalización: en entender cómo la IA puede complementar la forma de trabajar de cada persona o equipo.

Si eres autónomo

Como profesional independiente, tu tiempo es tu recurso más valioso. La IA puede ayudarte a automatizar tareas repetitivas, como responder correos, generar propuestas o mantener la base de datos de clientes al día.
También mejora la comunicación con tus clientes, permitiéndote ofrecer respuestas más rápidas y consistentes, incluso si trabajas solo.
Y, por supuesto, puede ayudarte en la creación de contenido y gestión digital, desde la organización de tus ideas hasta la publicación y análisis de resultados.
No se trata de sustituirte, sino de liberar espacio mental para lo importante: pensar, crear y tomar decisiones.

Si eres pyme

En una pequeña o mediana empresa, la IA actúa como un refuerzo estratégico.
Permite centralizar la información entre departamentos, automatizar informes, analizar ventas o gestionar tareas repetitivas que consumen demasiadas horas.
También ayuda a predecir la demanda o el comportamiento de los clientes, lo que facilita la planificación y mejora la toma de decisiones.
En áreas como marketing, atención al cliente o gestión de proyectos, las soluciones basadas en IA pueden reducir costes y aumentar la precisión operativa sin necesidad de ampliar plantilla.

Aplicada con criterio, la IA puede convertirse en una extensión natural del equipo. No sustituye el talento humano: lo potencia, permitiendo que cada persona dedique más tiempo a las tareas que realmente generan valor.

Qué hacemos en una consultoría de IA en Maryenk

Cuando una empresa o profesional contacta conmigo para una consultoría de IA, lo primero que hago no es abrir una herramienta ni enseñar un prompt. Empiezo por escuchar y después, preguntar.
La inteligencia artificial solo tiene sentido si responde a una necesidad concreta del negocio, así que antes de recomendar nada, necesito entender cómo trabajas, qué te preocupa y qué te gustaría mejorar.

El proceso siempre sigue una estructura clara y personalizada:

  1. Diagnóstico inicial del negocio. Analizamos cómo estás trabajando actualmente, qué procesos te consumen más tiempo, qué herramientas utilizas y qué objetivos te gustaría alcanzar.
  2. Mapeo de procesos y herramientas. Identificamos las áreas donde la IA puede aportar valor real: automatización, comunicación, análisis de datos o creatividad.
  3. Propuesta de implementación personalizada. Elaboro un plan adaptado al tamaño, sector y madurez digital de tu negocio, priorizando el impacto rápido y sostenible.
  4. Formación al equipo o acompañamiento en la ejecución. No basta con instalar herramientas. Enseño a usarlas bien y a integrarlas en tu flujo de trabajo para que no se conviertan en una carga más.

En Maryenk no instalamos herramientas: transformamos la forma de trabajar para que la IA sume y no complique. Cada consultoría tiene como objetivo que la tecnología te ayude a tomar mejores decisiones, sin perder tu criterio ni tu esencia profesional.

Ejemplos prácticos de aplicación

Cada negocio tiene un punto de partida distinto, pero los resultados se repiten: más orden, menos tareas repetitivas y un mejor aprovechamiento del talento humano.
Estos son algunos ejemplos reales de cómo puede aplicarse la IA de forma útil y concreta en un entorno profesional:

  • Automatización de generación de informes. Con herramientas de IA, los reportes se elaboran automáticamente a partir de datos existentes, ahorrando horas de análisis.
  • Chatbots internos para dudas del equipo. Empresas que centralizan el conocimiento interno y lo ponen a disposición de todos mediante asistentes inteligentes entrenados con su propia documentación.
  • IA aplicada a contenido y SEO. Igual que en Maryenk, donde utilizamos IA para optimizar la planificación, estructura y análisis de contenidos sin perder el toque humano.
  • Integración de datos entre herramientas. Automatizaciones entre Notion, Google Sheets, Make o Zapier para que la información fluya sin duplicaciones ni errores.

La clave está en la personalización. Cada empresa necesita un enfoque distinto y un equilibrio entre automatización y control humano. Y ahí es donde entra el trabajo de la consultoría: construir sistemas que te ayuden, no que te sustituyan.

Cuándo tiene sentido contratar una consultoría de IA

Hay un momento claro en el que una consultoría de IA deja de ser un “lujo” y pasa a ser una necesidad: cuando notas que el tiempo, la energía o la estructura actual ya no te dan para más.
Si te reconoces en alguno de estos puntos, probablemente ha llegado ese momento:

  • Estás saturado de tareas repetitivas. Pasas más tiempo apagando fuegos que creando o tomando decisiones estratégicas.
  • Quieres mejorar la eficiencia sin aumentar costes. Buscas una forma de crecer sin contratar más personal ni añadir más horas a tu jornada.
  • Tu competencia ya está innovando. O al menos lo parece. Y sabes que quedarte quieto puede costarte visibilidad, productividad y oportunidades.

Una consultoría de IA no es solo una inversión en tecnología, sino una apuesta por la claridad, la estructura y el tiempo. Es la diferencia entre usar la inteligencia artificial de forma dispersa o convertirla en una verdadera aliada de tu negocio.

Por qué elegir Maryenk y, en concreto, a mí, María Alcaraz

Hay muchas personas hablando de inteligencia artificial, pero pocas que la apliquen realmente en el día a día de sus proyectos y negocios.
Yo lo hago cada día, tanto en Maryenk, mi estudio de estrategia, contenido y automatización, como en los proyectos reales de mis clientes sin dejar de lado mi creatividad, mi implicación absoluta y profesionalidad (no la uso en generación de contenidos automáticos, ahí sigo escribiendo yo). Desde marcas tecnológicas hasta pymes o profesionales independientes, he visto cómo la IA puede transformar no solo los procesos, sino también la claridad con la que se toman decisiones.

Mi enfoque no es técnico, es estratégico y humano.
Trabajo la inteligencia artificial desde la visión de negocio y mi objetivo es acompañarte con ella: analizo cómo cada acción, contenido o proceso puede aportar valor real y ahorro de tiempo. No busco llenar tu entorno de herramientas, sino ayudarte a usarlas con propósito.

Además, cada consultoría es 100 % personalizada.
No entrego plantillas genéricas ni recomendaciones automáticas. Me implico en tu realidad, te acompaño durante la ejecución y te enseño a integrar la IA en tu dinámica diaria de trabajo.
Porque la tecnología por sí sola no cambia nada: lo que cambia los resultados es cómo la aplicamos.

Preguntas frecuentes

1. ¿Necesito saber de IA para aprovechar una consultoría?
No. Justamente el propósito de la consultoría es ayudarte a entender cómo puede servirte la IA sin necesidad de conocimientos técnicos. Partimos desde tu nivel actual y te explico cada paso de forma práctica y clara, para que tomes decisiones con seguridad. Después puedes ampliar servicios como formación en IA para ti o tu equipo o que yo ejecute – implante lo que quieras.

2. ¿Cuánto dura y qué entregables se incluyen?
Depende del alcance y del tamaño del negocio, pero normalmente la consultoría inicial tiene una duración de entre una y dos sesiones de trabajo. A partir de ahí, te entrego un informe con diagnóstico, mapa de oportunidades y plan de implementación. Si lo deseas, también puedo acompañarte durante la ejecución (se presupuesta a parte).

3. ¿Puedo aplicar esto aunque sea un autónomo sin equipo?
Absolutamente sí. De hecho, muchos de mis clientes son profesionales independientes que buscan optimizar su tiempo y aumentar su productividad. La IA puede ayudarte a automatizar procesos, mejorar tu comunicación o analizar datos, aunque trabajes solo.

4. ¿Qué herramientas se usan (y cuáles no)?
Selecciono las herramientas según cada caso, pero trabajo con ecosistemas prácticos y accesibles: ChatGPT, Perpléxiti, Banana, Notion, Make, Zapier, Google Workspace o incluso tus propias aplicaciones internas. No se trata de llenar tu negocio de software, sino de usar bien lo que realmente necesitas.

Conclusión: Consultoría IA – Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial es nuestro presente más inmediato y la realidad es que cuanto mejor te lleves con ella, más puede ayudarte. Pero solo genera resultados cuando se integra de forma práctica, coherente y humana.
Puedes seguir experimentando por tu cuenta —y perder tiempo entre pruebas— o hacerlo acompañada de una estrategia que conecte tecnología y negocio.

Si quieres descubrir cómo aplicar la IA en tu empresa sin complicarte, agenda una consultoría inicial con Maryenk. Analizaremos juntos tu situación, tus objetivos y diseñaremos un plan realista para aprovechar el potencial de la IA en tu día a día.

Tu negocio no necesita más herramientas: necesita dirección, método y una estrategia que lo haga más inteligente.

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